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La supervivencia política del CPT y del Gobierno está en juego

El Consejo Presidencial de Transición (CPT) y el gobierno de Alix Didier Fils-Aimé están bajo una presión internacional creciente. Después de varios meses de fracasos marcados por una inseguridad galopante (los grupos armados son más poderosos que nunca, según la ONU), una parálisis política y una corrupción endémica, la paciencia de sus principales aliados —Estados Unidos, Canadá y Francia— se ha agotado.

Señales diplomáticas fuertes y sin precedentes

Se han enviado mensajes claros: las autoridades haitianas fueron excluidas de las celebraciones nacionales canadienses, acompañadas del anuncio del fin de la colaboración con personas sospechosas de corrupción.

Del lado estadounidense, las invitaciones son limitadas y vienen acompañadas de llamados públicos al “coraje” y la “moralidad”. En conjunto, estas señales conforman un frente diplomático unificado que exige acciones inmediatas y visibles.

Tres exigencias clave de la comunidad internacional

La comunidad internacional plantea tres condiciones esenciales:

Una depuración sin indulgencia de los funcionarios corruptos y cómplices de las bandas armadas
Un plan inmediato y creíble para combatir la inseguridad
Una hoja de ruta clara para la organización de elecciones

Un poder interino al borde del colapso

La supervivencia política del poder interino está ahora en juego. El CPT y el Gobierno corren el riesgo de perder el apoyo internacional, lo que podría llevarlos a un aislamiento total o incluso a su colapso.