Desde hace más de cuatro meses, las misiones diplomáticas de Haití funcionan sin apoyo financiero de Puerto Príncipe.
Embajadores, cónsules y personal contratado en las Américas, Europa y Asia no han recibido sus salarios, lo que a veces los obliga a pagar de su propio bolsillo el alquiler de los edificios diplomáticos.
Un diplomático, que habló bajo condición de anonimato, declaró: «Me da vergüenza enfrentar al propietario. He utilizado fondos personales para pagar lo que el Estado haitiano debió cubrir hace meses.»
Esta parálisis financiera ocurre mientras el primer ministro de facto, Alix Didier Fils-Aimé, afirma disponer de más de 65 millones de dólares en reservas, destinados a un controvertido referéndum.
Mientras tanto, se informa que sumas considerables están siendo desviadas hacia partidos políticos corruptos.
Con las misiones diplomáticas abandonadas y el personal sin remuneración, el futuro de la diplomacia haitiana genera serias preocupaciones.
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