La crisis migratoria entre Haití y la República Dominicana se ha agravado con la deportación de más de 119.000 haitianos ilegales en menos de cuatro meses.
La política migratoria de la República Dominicana, dirigida por el presidente Luis Abinader, pretende reducir la «superpoblación migrante» y va acompañada de métodos controvertidos, como las expulsiones colectivas, que han sido denunciadas por Amnistía Internacional.
Mientras tanto, Haití, ya sumido en una grave crisis interna, se esfuerza por responder a esta situación, con un retorno masivo de expulsados a un país desorganizado.
La falta de planes de acogida y apoyo refuerza la necesidad urgente de cooperación regional.
Pedimos la mediación internacional y subrayamos que la migración no puede resolverse por la fuerza, sino que requiere justicia social y solidaridad para evitar un empeoramiento de la violencia y la pobreza en la región.
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