Haití vive una de las crisis humanitarias más complejas y urgentes del mundo, con consecuencias para la estabilidad regional e internacional, advierte Amy Pope, Directora de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En un comunicado de prensa emitido el martes, destacó la magnitud de los problemas: el 85% de Puerto Príncipe, la capital, está bajo control de las bandas, lo que paraliza el acceso a la ayuda.
Las condiciones de seguridad hacen casi imposible prestar asistencia.
«Ya no es seguro entrar o salir de la capital por carretera», explicó el miércoles, señalando que incluso los trabajadores de ayuda humanitaria y los diplomáticos tienen que utilizar helicópteros desde Cabo Haitiano, un medio de transporte impredecible y limitado.
Con el transporte aéreo irregular y las carreteras cortadas, miles de vidas corren peligro, privadas de alimentos, cuidados y protección.
«Detrás de las cifras hay seres humanos atrapados», insiste Amy Pope, llamando a la movilización internacional ante esta catástrofe olvidada.
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